Durante estos últimos meses del 2020, he comenzado a estudiar una maestrÍa que me ha sorprendido gratamente, Y aunque pareciera no tener relación con mi faceta profesional del audio, estudiar gestión cultural, me ha llevado a conocer un mundo nuevo y apasionante, que tiene más relación con mis intereses de lo que parece.
Pero ¿por qué quiero hablar de acustemología y de gestión cultual si me he dedicado a la ingeniería de sonido por casi más de 14 años con un enfoque únicamente técnico?. En alguna lectura me encontré el término que en su momento desconocía pero que por sus raíces etimológicas llamó mi atención y decidí escribir al respecto.
Ya con la etnomusicología y algunas ramas de la antropología en conjunto con la acústica se han realizados estudios de la música, la acústica ecológica y paisajes sonoros, ayudando a interpretar las ondas sonoras como representaciones de las relaciones colectivas y estructuras sociales, tal es el caso de mapas sonoros de distintas ciudades y países, que reflejan información sobre lenguas indígenas, músicas, áreas urbanas, áreas forestales, etc., algunos ejemplos:
Sonidos mexicanos a través del tiempo y espacio:
Mapa Sonoro de las Lenguas Indígenas del Perú :
Punto de encuentro del resto de mapas sonoros del territorio español:
La vida que fue, la que es y la que se rememora colectivamente, en el Mapa Sonoro de Uruguay: http://www.mapasonoro.uy/
Como bien dice Carlos de Hita, nuestro desarrollo cultural ha estado acompañado por paisajes sonoros o bandas sonoras que comprenden las voces de los animales, el sonido del viento, del agua, de la reverberación, de la temperatura, del eco, de la distancia.
Pero es con el término de la acustemología, que surge en 1992 con Steven Feld, donde confluyen las ideas de un paisaje sonoro que es percibido e interpretado por aquellos quienes con sus cuerpos y vidas resuenan en un espacio y tiempo social. Se intenta argumentar una teoría epistemológica de cómo el sonido y las experiencias sonoras dan forma a las diferentes maneras de ser y de conocer el mundo, y de nuestras realidades culturales.
Pero entonces entra en juego otro concepto, la percepción. La percepción está mediada por la cultura: la manera en que vemos, olemos o escuchamos no es una libre determinación sino producto de diversos factores que la condicionan (Polti 2014). La percepción es lo que realmente determina el éxito de nuestro trabajo como profesionales del audio, entonces me detengo en esta publicación a reflexionar sobre las siguientes ideas y los invito a reflexionar conmigo.
Como profesionales dedicados al mundo del audio, ¿nos detenemos a pensar en el impacto de nuestro trabajo en las cultura en la cual estamos inmersos? ¿Nos preocupamos por tener en cuenta la cultura en la que estamos inmersos al momento de hacer un evento? ¿O sólo desarrollamos nuestra labor atendiendo las directrices económicas y tecnológicas en lugar de las culturales?. Cuando planificamos un evento ¿utilizamos lo que realmente se necesita, tenemos un límite o para atender el ego usamos todo lo que los fabricante nos venden sin detenernos a pensar en el impacto (económico, social y ambiental) que esta planificación tiene en el lugar donde se desarrollará? ¿Nos preocupamos realmente por lo que se quiere transmitir o sólo nos preocupamos por hacer sonar el audio con todo el volumen posible o incluso más fuerte? ¿Nos detenemos a pensar que tipo de amplificación requiere realmente una puesta en escena o sólo queremos poner muchos micrófonos, muchos parlantes, si es sonido 3D mejor, que se escuche fuerte, y buena suerte si se entiende? ¿Nos preocupamos por lo que realmente quiere escuchar la audiencia? ¿Estamos conscientes de la contaminación acústica o sólo queremos que en el concierto se escuche tan fuerte que la gente no pueda ni escuchar sus propios pensamientos? ¿Estamos conscientes de hacer grabaciones que reflejen y preserven la cultura propia y del ejecutante, o queremos únicamente obtener galardones a toda costa? ¿Ya hemos compartido todo lo que sabemos sobre audio o seguimos en la competencia de demostrar que lo sabemos todo, que técnicamente soy la mejor? ¿o es hora de humanizar y poner en un contexto cultural nuestra práctica como profesionales del audio?
Recuerdo una anécdota a de un profesional del audio, donde contaba cómo luego de hacer todo el montaje para un concierto en una ciudad mexicana, de la cual no recuerdo los detalles, fue únicamente después de la bendición de los chamanes y la aprobación de los dioses que fue posible realizar el evento.
Nuestro trabajo como profesionales del audio debería estar enfocado a dedicarnos a contar historias en más que en términos acústicos, contar historias que den testimonio de nuestro contexto socio cultural y de quiénes somos.
“Más allá de toda consideración de orden acústico y/o fisiológico, el oído pertenece en gran medida a la cultura, es ante todo un órgano cultural” (García 2007)
Bibliografía:
Bull, Michael; Plan, Les. 2003. The Auditory culture reader. Oxford: Berg. New York.
De Hita, Carlos. 2020. Diario sonoro de un naturalista. Aprendemos Juntos BBVA. España Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=RdFHyCPtrNE&list=WL&index=14
García, Miguel A. 2007. “Los oídos del antropólogo. La música pilagá en las narrativas de Enrique Palavecino y Alfred Metraux”, Runa, 27: 49-68 y (2012) Etnografías del encuentro. Saberes y relatos dobre otras músicas. Serie Antropología. Buenos Aires: Ed. Del Sol.
Rice, Timothy. 2003. “Time, Place, and Metaphor in Musica Experience and Ethnography”. Ethnomusicology 47 (2): 151-179.
Macchiarella, Ignazio. 2014. “Exploring micro-worlds of music meanings”. El oído pensante 2 (1). Disponible en: http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/oidopensante
Victoria Polti. 2014. Acustemología y reflexividad: aportes para un debate teórico-metodológico en etnomusicología. XI Congreso iaspmal • música y territorialidades: los sonidos de los lugares y sus contextos socioculturales. Brasil
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