¡Sí!, en este post hablaré de un tema sensible para muchos: la menstruación. Así que si no quieres seguir leyendo igual deberías seguir leyendo.
Desde niña siempre he sido muy sincera con lo que siento, pienso y hago, y recuerdo que una vez cuando tenía como 14 años le comenté a un amigo que me dolía el vientre. Creo que para él, conocer que me dolía el vientre le afectó la vida, asumo que porque evidentemente esto implicaba conocer que yo tenía la menstruación, tanto le afectó que al día siguiente me buscó para decirme que le parecía de mal gusto que le hubiese hecho aquel comentario… pues hasta el día de hoy me parece a mí de muy mal gusto que se alarmen tanto con un tema tan natural y sencillo como este.
Hace algunos días leí una publicación que me llamó mucho la atención y me hizo pensar en mi situación. También recordé a una nadadora china que habló sobre ello durante las olimpiadas. El artículo habla de como afecta la menstruación a mujeres que tienen trabajos relacionados con el sexo. Bueno yo no trabajo con sexo pero si me viene la menstruación y si trabajo, como todas las mujeres, así que quise escribir al respecto.
Lo que siempre me ha parecido más difícil en los ambientes de trabajo es que siento que a todo el mundo se le olvida que a las mujeres nos viene la menstruación. Trabajar en el mundo audiovisual donde mínimo el 95% de tus compañeros de trabajo son hombres no ayuda. Evidentemente es un tema tabú y ahora con el feminismo creo que es peor, porque algunas mujeres “feministas” quieren hacernos ver como que somos heroínas 24/7 y no lo somos, y sé que no soy la única: cuando tengo la menstruación no me siento para nada una superheroína, me siento mal físicamente y me gustaría que consideraran en mi trabajo esta situación. Pero, literalmente, el show debe continuar y se que muy probablemente esto no sucederá de mi lado del mundo, al menos no creo que suceda pronto.
Entonces quiero compartir algunas herramientas que he encontrado que me ayudan a superar estos días en el trabajo y me permiten realizar trabajo físico aún cuando siento dolor, nauseas, desgano, debilidad e incomodidad. ¡Sí!, léase dolor, nauseas, desgano, debilidad e incomodidad. ¡No!, no estoy amargada porque tengo “la regla”, en verdad me siento mal.
Hace unos 8 años conocí y utilizo desde entonces la maravillosa copa menstrual, lo que más me proporciona comodidad de ella es que puede ayudarte a soportar más horas que un tampón o una toalla sanitaria y no te irrita. Esto puede llegar a ser verdaderamente glorioso en los días de largos montajes, desmontajes y conciertos. Si no tienes problemas con tocar sangre y explorar tu vagina te la recomiendo 100%. Tiene otros beneficios como que te ayuda a cuidar el ambiente y tu bolsillo, además le dirás adiós al mal olor.
A la copa menstrual le había sumado el uso de las toallas sanitarias orgánicas pero recientemente conocí otra maravilla, la ropa interior Thinx (de allí es donde leí el artículo que originó esta publicación). Si la copa menstrual me da horas de comodidad, cuando las uno con las Thinx soy más feliz aún, porque no tengo que estar pendiente de ningún accidente o derrame que pueda ocurrir, simplemente es imposible. Además es ropa interior normal, no hay que estar agregando nada, sólo las lavas y ya.
Por último, y lo que me ha hecho verdaderamente feliz ha sido calmar el dolor. Son los dolores de vientre los que hacen mis días de menstruación una pesadilla, ninguna pastilla o combinaciones de ellas lo calman, pero ¡los electrodo sí! En otro artículo de prensa donde hacían publicidad a una marca de electrodos, leí sobre ellos y quise probar. Funciona, no usas drogas, es fácil y discreto. 100% recomendado. Dependiendo de la intensidad del dolor puede que lo calme por completo o hasta en un 80%, lo único raro puede ser la sensación pero vale la pena. Puede ser cualquier electrodo, no tiene que ser la marca carísima que promocionan para dolores menstruales y los consigues en cualquier farmacia, hay diferentes opciones y modelos.
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